lunes, 22 de noviembre de 2021

Un paseo nocturno

 





Aprovechando las horas de oscuridad que le brinda el invierno, Dahlia salió de la Mansión para dar un paseo y despejarse un poco.

Le gustaba disfrutar de las calles de Barcelona en esta época del año, en la que el frío empieza a hacerse presente y la gente va corriendo a casa para resguardarse del mismo.

No sabía en qué momento llegó tan arriba de la ciudad, pero en un parpadeo se dio cuenta de que estaba en uno de los miradores de Montjuic admirando la majestuosa ciudad.

De repente se le acerca una chica de pelo rizado de color negro con algunas mechas rojas, que llevaba lo que parecía un vestido con volantes de tul y un corsé bajo pecho que iba acompañado de unas botas negras con plataforma. Se inclina hacia Dahlia y le pido fuego para encenderse el cigarrillo que llevaba en la mano, Dahlia la mira y sonríe.

Me regalas uno? - le preguntó Dahlia

¿Si, claro - le dijo la chica desconocida, Te importa si me siento?  - continuo mientras le extendía su mano para darle el cigarrillo a Dahlia

Gracias, muy amable por tu parte, - le contesto Dahlia mientras le hacía un gesto para sentarse y veía como la sangre fluía por las venas de su muñeca, Y muy valiente diría yo…

Ya lo sé, pero he tenido un mal día y solo necesito un cigarrillo, las vistas de este mirador para relajarme y olvidarme de todo y de todos. Por cierto, mi nombre es Sofía, encantada.

Igualmente, yo soy Dahlia.

Bonito nombre, dijo Sofía

Gracias, le respondió Dahlia, si quieres relajarte conozco un lugar más reservado, donde las vistas son mejores y no hay tanta gente.

Que guay, ¿dónde es?

Un poquito más arriba en la Mansión en la que vivo

Vives en una mansión? Wow!! ¿Qué, eres famosa o algo?

 Ja, ja, ja! Nooo, que va… ¿Te apetece venir?  - pregunto Dahlia

Sofía se la quedó mirando intrigada. “¿Quién invita a una extraña a su casa?” Pero a la vez pensó que ella se sentó a su lado pidiendo fuego a una extraña, de noche en medio de la nada prácticamente.

¡Bueno, vale! ¿Qué puede pasar? ¡Ja, ja, ja! ¡Tampoco creo que vayas a ser una asesina en serie…! ¡Ja, ja, ja!

Nah! ¡Tranquila, como mucho te daremos un mordisco… ¡Respondió Dahlia mientras una sonrisa perversa se asomaba a sus labios!