martes, 15 de octubre de 2019

Mi primer Sitges



Como  amante del cine  este año he podido cumplir uno de mis sueños, ir al Festival de Cine Fantástico de Sitges y no ha sido solo ir a dar una vuelta sino que este año he podido ir con mi acreditación de periodista cosa que la verdad me ha hecho una gran ilusión.
Como en cada edición el despliegue es impresionante y el que se hayan inspirado en una de las películas que más me gusta … Mad Max… pues lo he disfrutado muchísimo verdaderamente. Quizás lo primero sería contaros como lo he vivido, ¿no?

Una vez recogida mi acreditación me decidí a dar una vuelta por la ciudad para pulsar el ambiente y hacerme una idea de lo que supone el Festival para la población, ! Es maravilloso comprobar como todo Sitges se convierte en una gran alfombra roja que nos hace vivir a todas en una película que durará 15 días. Los comercios no solo se engalanan con decoraciones para la ocasión sino que además ofertan iniciativas para disfrutar con mayor intensidad del certamen.
Uno puede pasear durante horas saboreando no solamente de la arquitectura típica del pueblo o del sol en las playas sino además hacerlo conjuntamente con las muestras más divertidas del mundo del cine, a través de las diferentes tiendecitas donde puedes adquirir desde la última taza con el emblema del festival hasta los  más inquietantes posters de las películas clásicas de la Hammer, pasando por el merchandising más caro y detallado de la iconografía del mundo del celuloide. 

Si de verdad eres un fanático del mundo del cine, también tienes una gran oferta de proyecciones, algunas de pago con entrada reducida y otras completamente gratuitas donde quizás no puedas ver la última película candidata a un oscar, pero sí encontrar aquella película que atormento tus pesadillas cuando eras pequeño y de la que ni siquiera recordabas el título, y al fin y el acabo ¿No es eso lo que en el fondo buscamos? 

Y además en los últimos años se ha ampliado el abanico de posibilidades culturales, con la inclusión de la firma de obras literarias, (en la carpa de la FNAC y similares), la muestra de trabajos de cortometraje realizados con móvil, e incluso la presentación, de serie de televisión a través de plataformas digitales de streaming, aunque a algunos puristas les pueda parecer que estas no tienen cabida en un Festival de cine, pero lo queramos o no son un símbolo de los tiempos actuales y han venido para quedarse.

Por último esto no sería una buena valoración general, si no hiciera mención a la generosa oferta gastronómica de la ciudad desde la nueva zona de food trucks hasta los más convencionales bares y restaurantes, que me permitieron  disfrutar desde de jugosas porciones de pizza hasta las mejores gyozas que había probado en mucho tiempo. 


Una año más una organización impecable y un tiempo excelente han contribuido a lo que ha vuelto a ser uno de los mejores festivales de cine de Europa, y aunque en breve os comentaré las películas que mas me hayan impresionado sirva este escrito de aperitivo para despertar vuestras ganas de vivirlo personalmente el año que viene.









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