viernes, 8 de noviembre de 2019

La llegada a Barcelona






Después de tantos y tantos años fuera de su casa, no había tenido un hogar, una residencia estable... su trabajo y su pasión por la literatura y sobre todo por los libros “raros”, especiales le había permitido viajar por todo el mundo aunque en los últimos años se había dedicado a volver a conocer Europa, esa Europa que había dejado atrás hace “siglos”... no había sido una decisión fácil para ella abandonar el Castillo, el que había sido su hogar desde que era una niña, pero su abuelo el Temible Vlad siempre la apoyó en su decisión... así que después de tantos años quizás venir a Barcelona e intentar establecerse no sería tan mal idea.


Se sube al taxi y le entrega un papel con una dirección al chofer... casi ni le dirige la palabra... no soportaba dirigirse a los humanos, les consideraba inferiores e indignos de que una Tzimisce como ella les hablará, lo único malo era que tenía bastante hambre...Jajaja... una sonrisa malévola se le dibujó por un momento en esa cara blanca, sus labios de color rojo vino dejan al descubierto sus perfectos colmillos pero después recordó que tenía que llegar a su destino... La Mansión Vargsson...

¿Ese sería su “hogar”? ¿Quién sabe? Lo que sí que era seguro es su nuevo trabajo... la habían
contratado para organizar la extensa biblioteca de la casa... se ve que la última ama de llaves una Toreador no la había dejado en muy buen estado... lógico pensó ella, solo piensan en jugar, organizar fiestas y cosas tan banales como estas, además, por si fuera poco, después de eso el Orko encargado de reorganizarla, había desaparecido en extrañas circunstancias, de la noche a la mañana… -¡curioso, realmente curioso!- pensó Dahlia.

Lo único que le preocupaba quizás un poco era el Señor Vargsson, el Amo de La Mansión un Ventrue realmente poco frecuente, parecía importante dentro de su clan y muy territorial, pero por lo visto no tenía problemas en interactuar con otros clanes, de hecho a Él no parecía importarle demasiado que ella fuera Tzimisce, de otro modo, ¿por qué la habría hecho venir hasta aquí?

El taxi va subiendo por la carretera que lleva hasta la mansión y entre los árboles se va divisando la hermosa ciudad... desde lejos las luces parecen tan pequeñitas que hasta se podría decir que solo es una maqueta de Barcelona... Preciosa pienso Dahlia...creo que me gustará vivir aquí...

Después de unas cuantas curvas llegan delante de los portones de la propiedad, que al acercarse el coche se abren, como si ya supieran que ella había llegado. El taxi la deja justo delante de la gran puerta de entrada de la casa... miró hacia arriba y vio como la luna llena iluminaba todo a su alrededor, el chofer le bajo las maletas con una prisa increíble... Jajaja... pobre humano... Jajaja... como le huelo el miedo... Jajaja...

Con las maletas en la puerta, levanta la mano para llamar... pero en ese mismo momento la majestuosa hoja de madera antigua y maciza se abre.... vacila un instante pero entra con paso firme y decidido y allí estaba Él, el Señor Vargsson en lo alto de las escaleras mirándola con atención, un hombre alto y fuerte con pelo canoso y una mirada de hielo
... ella le saluda:
-Buenas noches Caballero, soy Dahlia, Dahlia Țepeș
- Buenas noches Dahlia, bienvenida a La Mansión Vargsson, estás en tu casa...

En ese momento algo muy extraño paso, como una brisa de aire frío o simplemente algo que no era capaz de explicar porque se sintió cautivada por esa voz, esa voz que le resonaba dentro de su cabeza... lo que no sabía era que su vida había cambiado a partir de ese mismo instante y que lo que pasaría a continuación solo era el principio, el principio de algo que jamás hubiera pensado....












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